Hay momentos en los que me gustaría caminar.
Caminar, y caminar, y seguir caminando.
Caminar durante horas, sin un rumbo fijo, sin un destino concreto; simplemente, caminar.
Me gustaría ver donde acaban los caminos, llegar hasta el final y poder decir: lo conseguí.
Andar hasta que las piernas fallen, tomar una vista del lugar y seguir caminando de nuevo.
Ir más allá de donde llegan los ojos. Traspasar la línea del horizonte.
Y seguir caminando.
No importaría cuánto hubiera caminado hasta el momento, sólo cuánto caminaría después. Y es que caminando me siento a gusto, dirigiendo la mirada a mi alrededor mientras avanzo, admirando paisajes y edificios, gentes distintas entre sí, por las calles de una gran ciudad o por un camino entre los árboles de la foresta en la ladera de una montaña.
Caminar, caminar así, para evadirse de la realidad durante un tiempo. Sin más preocupaciones que las de mirar bien dónde se pisa.
Y una vez haya parado, sentarme y sonreír para mí.
Y no hacer nada más que perder la mirada, sin nada en la mente que me preocupe o distraiga.
Hay veces que me gustaría perderme para intentar buscar el camino de vuelta y así tener la oportunidad de andar un poco más en mi búsqueda.
Y perderme entre las callejuelas para buscar mi camino.
Y perderme entre un mar de gente, y sumergirme en las diferentes miradas de cada persona, e intentar descubrir cómo son a través de sus ojos.
Hay momentos en los que me gustaría caminar.
RodNonconformist
Decimotercera entrada, a 29 de abril de 2011
Fotografía: RodNonconformist en Islas Cíes desde Playa de Samil, Vigo, Pontevedra, Galicia, España
