Hoy, al levantarme por la mañana, no sin dificultades, e intentando expandir los recuerdos de anoche que vagamente afloran a mi memoria, me he dado cuenta de que esta situación no puede mantenerse por mucho tiempo.
Me he dado cuenta de que he de estabilizar mi vida, que se consume poco a poco cada día, cada hora, cada cinco minutos con cada cigarro que enciendo, y, que un rato después, tras haber machacado mis pulmones un poquito más, apago esperando a liar otro y volver a ponerlo entre mis labios para aspirar su mortal esencia.
Me he dado cuenta de que el alcohol, camuflado bajo el aroma de la cebada y la malta, o bajo el de la uva mezclada con cualquier refresco de supermercado, lejos de ayudarme a resolver, o más bien olvidar problemas, simplemente hace que los vea con un mal sabor de boca, o con un malestar generalizado, que sólo me hace quedar ridículamente ante la gente que tiene la mala suerte de verme en tal estado.
Me he dado cuenta de que un cigarro casero aderezado con un poco de resina de cannabis, o simplemente cuando reemplazo el tabaco por la hierba santa, no me ayuda a ver la vida con mejores ojos, sino con unos ojos rojizos hinchados por los efectos de los narcóticos, que me hacen tener la boca pastosa, seca, y que me seca la garganta y hace que fumarme un cigarro después me raspe cuando el humo baja.
Pero, ante todo, me he dado cuenta de que todas estas cosas, simplemente, me relajan y me hacen pasar por esta única vida más llevaderamente, pasando buenos ratos que son oasis en un desierto de malas experiencias.
Sé que podría ir peor, pero también podría ir mejor, muchísimo mejor de cómo me va la vida.
Aún con todo, sigo adelante y espero que algo en el futuro me compense por todo esto, y por ello no desisto.
Y así comienza este blog, "Hoy no, mañana tampoco", a día 13 de junio de 2010.
RodNonconformist
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